“Entrada denegada” durante los asaltos.
En el contexto de operaciones de combate en espacios cerrados (CQB, por sus siglas en inglés), el término “entrada denegada” se refiere a una situación donde el equipo de asalto encuentra una obstrucción física que impide el acceso a una habitación o edificio durante una incursión. Esta obstrucción puede ser una puerta bloqueada, barricadas, o cualquier otro impedimento que no pueda ser superado rápidamente con los métodos estándar de entrada forzada.
Tácticamente, esta situación requiere una adaptación inmediata del equipo. La entrada denegada puede obligar al equipo a buscar rutas alternativas para lograr el objetivo o, dependiendo de la urgencia y la naturaleza de la misión, puede llevar a la utilización de herramientas para apertura de brecha más pesadas, técnicas e incluso más agresivas para superar la barrera.
La presencia de una entrada denegada también eleva el nivel de riesgo y puede incrementar el tiempo de exposición al peligro en el entorno operativo.
El entrenamiento y la preparación previa son esenciales para gestionar efectivamente estas situaciones, incorporando procedimientos para reconocer rápidamente la mejor manera de adaptar la táctica y continuar con la operación minimizando los riesgos para el personal y maximizando la posibilidad de éxito de la misión.
Si la entrada denegada ocurre debido a la acción de fuego enemigo, esto cambia el concepto de manera parcial; se refiere a una situación en la que las fuerzas asaltantes se ven impedidas de realizar una entrada efectiva en el objetivo debido al fuego hostil directo o indirecto. Esto puede suceder en un asalto en ambiente CQB cuando el enemigo está activamente defendiendo un acceso con armas de fuego, lanzamiento de granadas u otras formas de fuego supresivo.
En este escenario, la táctica y la estrategia deben ajustarse rápidamente para contrarrestar la amenaza y permitir la continuación de la misión. Algunas de las respuestas tácticas pueden incluir:
Maniobra de Flanqueo: El equipo puede necesitar buscar rutas alternativas para acceder al objetivo, moviéndose alrededor de la fuente del fuego para atacar desde un ángulo menos defendido.
Supresión y Avance: Utilizar fuego supresor propio para neutralizar o disminuir la eficacia del fuego enemigo, permitiendo a los elementos del equipo avanzar o realizar la entrada forzada.
Uso de Fumígenos o Granadas de Humo: Emplear fumígenos o granadas de humo para ocultar los movimientos del equipo y reducir la precisión del fuego enemigo.
Retirada Táctica: En casos donde el riesgo de bajas es inaceptablemente alto, una retirada táctica para re- evaluar y posiblemente planificar un nuevo asalto puede ser la decisión más prudente.
Apoyo de Fuego Pesado: Si es operacionalmente viable y las reglas de enfrentamiento lo permiten, solicitar apoyo de fuego de unidades más grandes o de apoyo aéreo cercano puede ser necesario para neutralizar las posiciones enemigas.
Cada una de estas opciones requiere una coordinación meticulosa y un liderazgo efectivo en el terreno, además de un profundo conocimiento del entorno operativo y de las capacidades tanto propias como enemigas. En todo momento, la seguridad del personal y la minimización de daños colaterales deben ser consideradas.
Minimizar la vulnerabilidad durante una situación de entrada denegada, especialmente bajo fuego enemigo, es crucial para unidades de primer nivel en operaciones CQB. Estas unidades emplean una serie de tácticas y técnicas avanzadas para reducir riesgos y aumentar las opciones de éxito de la misión. Aquí algunos métodos clave:
Reconocimiento e Inteligencia: Antes de la operación, se recopila una cantidad significativa de inteligencia sobre el objetivo. Esto puede incluir imágenes satelitales, reconocimiento aéreo no tripulado, y, si es posible, inteligencia humana (HUMINT). Conocer la disposición del edificio, las entradas, salidas, y posibles posiciones enemigas permite planificar con anticipación y anticipar resistencias.
Entrenamiento Especializado: Las unidades de élite entrenan exhaustivamente en técnicas de entrada y maniobras bajo fuego. Están preparadas para adaptarse rápidamente a cambios en el entorno táctico y emplear diferentes métodos de entrada, como el uso de técnicas de escalada, brechas explosivas o herramientas mecánicas.
Uso de Tecnología Avanzada: Equipamiento como cámaras de fibra óptica para mirar bajo las puertas, robots de reconocimiento, o sistemas de visión nocturna y térmica, permiten al equipo tener una mejor evaluación de la situacion sin exponerse al peligro.
Coordinación y Comunicación Eficiente: La comunicación constante y clara dentro del equipo y con unidades de apoyo es vital. Esto permite una sincronización precisa en la ejecución de maniobras, como fuego supresivo, maniobras de flanqueo o tácticas evasivas.
Diversificación de Puntos de Entrada: En lugar de concentrarse en un único punto de entrada, las unidades pueden planificar múltiples puntos de entrada para dispersar la atención y el fuego enemigo, reduciendo así la presión sobre un solo punto que podría estar fuertemente defendido.
Fuego de Supresión y Apoyo de Fuego: El uso coordinado de fuego supresor para disminuir la capacidad de respuesta del enemigo mientras se realiza la entrada, o la solicitud de apoyo de fuego pesado cuando es necesario y viable, son tácticas cruciales.
Uso de Equipamiento de Protección: El uso de chalecos antibalas, cascos, y otros equipos de protección personal es estándar. Estos equipos están diseñados para ofrecer protección contra disparos y fragmentación, reduciendo las bajas en caso de contacto con el enemigo.
Entrenamiento en Primeros Auxilios de Combate: Todos los miembros de la unidad están entrenados en técnicas de primeros auxilios de combate, lo que permite una respuesta médica inmediata en caso de heridas, minimizando así las complicaciones o muertes por heridas combatibles.
Estas medidas, cuando se implementan de manera cohesiva y profesional, permiten a las unidades de primer nivel manejar eficazmente las situaciones de entrada denegada bajo fuego enemigo, maximizando la seguridad y efectividad de la misión.
La adaptación de los planes de acción sobre el objetivo frente a incidencias probables como una entrada denegada es una capacidad crítica para las unidades de operaciones especiales en entornos CQB. Para manejar estas eventualidades de manera efectiva, se implementan diversos principios y procedimientos tácticos:
Planificación Flexible y Detallada: Antes de la operación, se desarrollan planes de acción primarios y múltiples planes contingentes (denominados Plan B, Plan C, etc.). Estos planes alternativos cubren una variedad de escenarios posibles, incluyendo entradas denegadas por barricadas, puertas reforzadas, o fuego enemigo activo. La planificación incluye rutas de acceso alternativas, métodos de brecha secundarios y la reasignación de roles dentro del equipo según sea necesario.
Ejercicios de Simulación y Ensayos: Los equipos realizan múltiples ensayos y simulaciones basadas en los planes de acción desarrollados. Estos ensayos ayudan a identificar posibles fallos o debilidades en los planes y permiten a los operadores familiarizarse con cada fase de la operación, incluyendo las respuestas a entradas denegadas.
Comando y Control Dinámico: Durante la ejecución de la misión, el liderazgo en el terreno debe ser capaz de tomar decisiones rápidas y efectivas. Esto implica una evaluación constante de la situación y la disposición para cambiar a planes contingentes en cualquier momento. La comunicación clara y continua entre todos los niveles del equipo es vital para transmitir cambios y asegurar que todos los miembros estén sincronizados.
Uso de Tecnologías de Reconocimiento: Antes y durante la operación, se utilizan tecnologías como drones, cámaras de reconocimiento y otros dispositivos de inteligencia para obtener información en tiempo real sobre el estado del objetivo. Esto permite ajustar los planes de manera pro activa en respuesta a nuevas informaciones, como cambios en la disposición del enemigo o la detección de nuevas barreras.
Capacidades de Brecha Mejoradas: Las unidades están equipadas con una variedad de herramientas de forzamiento que pueden ser utilizadas según la situación específica. Esto incluye desde arietes manuales y cortadoras de pernos hasta cargas explosivas y herramientas hidráulicas. La selección de la herramienta adecuada se basa en la naturaleza de la barrera y la necesidad de rapidez y sigilo.
Entrenamiento en Toma de Decisiones Bajo Presión: El entrenamiento de las unidades incluye escenarios de alta presión donde se enfrentan a entradas denegadas inesperadas. Esto ayuda a mejorar la capacidad de los operadores para mantener la calma bajo estrés, pensar de manera crítica y adaptar sus tácticas rápidamente.
Análisis Post-Operación: Después de cada misión, se realiza una revisión detallada de lo ocurrido, incluyendo cómo se manejaron las entradas denegadas y otros desafíos. Esto ayuda a mejorar las tácticas futuras y a adaptar la formación para abordar cualquier deficiencia identificada.
En resumen, la capacidad de adaptar planes de acción sobre el objetivo a incidencias como entradas denegadas se basa en una preparación exhaustiva, flexibilidad táctica, y un enfoque proactivo en el liderazgo y la toma de decisiones. Estos elementos son fundamentales para el éxito de operaciones especiales en ambientes altamente dinámicos y potencialmente hostiles.
En operaciones reales, las situaciones de entrada denegada son bastante comunes y pueden presentarse de varias formas. A continuación, describo algunos ejemplos históricos donde se han enfrentado desafíos similares:
- Operación Gótica Serpiente (1993) – Somalia: Durante la batalla de Mogadiscio, las fuerzas especiales estadounidenses enfrentaron múltiples entradas denegadas debido a barricadas improvisadas en calles y puertas reforzadas en hogares y edificios. Esto fue particularmente desafiante durante el intento de rescate de los tripulantes de helicópteros derribados, donde las fuerzas encontraron una fuerte resistencia en entornos urbanos densamente poblados y fortificados.
- Asalto a la Embajada de Irán (1980) – Londres, Reino Unido: La famosa operación “Nimrod”, ejecutada por el Special Air Service (SAS) británico, incluyó enfrentarse a puertas reforzadas y ventanas bloqueadas mientras intentaban liberar rehenes de un grupo de secuestradores armados. El uso de explosivos de brecha para superar las barreras físicas fue crucial para el éxito de la misión.
- Redada en Saint-Denis (2015) – Francia: Tras los ataques de noviembre en París, la policía francesa realizó una operación en Saint-Denis para capturar a terroristas involucrados. Se encontraron con puertas atracadas y una resistencia armada considerable, lo que requirió el uso de tácticas de apertura múltiple de brecha y un asalto prolongado para neutralizar a los militantes.
- Operación para matar o capturar a Osama bin Laden (2011) – Abbottabad, Pakistán: En esta operación, denominada “Neptuno Spear”, llevada a cabo por SEALs de la Marina de EE.UU., las fuerzas se enfrentaron a puertas reforzadas dentro del complejo residencial, que era aparentemente una vivienda habitual aunque presentaba una estructura fuertemente bunkerizada en su interior. Los equipos usaron cargas explosivas y otras herramientas de brecha para acceder a las áreas críticas del edificio donde se escondía Bin Laden.
Estos ejemplos ilustran cómo las fuerzas de operaciones especiales deben estar preparadas para adaptar sus tácticas y técnicas en respuesta a entradas denegadas, usando desde herramientas de brecha manual hasta técnicas explosivas, dependiendo de la situación y las necesidades tácticas inmediatas. En todos estos casos, la flexibilidad, el entrenamiento exhaustivo y el equipo adecuado fueron esenciales para superar estos desafíos.

Sobre el autor: ” L4ST CONT3ND3R “, es un analista independiente que elabora información obtenida en fuentes abiertas. Evitar personalizar discusiones hará más interesante el debate.
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